Todas las
nociones, incluida la de “ciudadanía”, son productos históricos que como tales
evolucionan con el tiempo, cambian progresivamente de significado, pero, al
mismo tiempo, conservan un significado básico.
El concepto
básico de “ciudadano” es el de pertenecer a una comunidad, a un grupo social. A
lo largo de la historia, este concepto va transformándose según el ciudadano va
ganando derechos. Evoluciona desde siervo hasta ciudadano propiamente dicho,
pasando por súbdito. Observemos las definiciones de cada tipo de ciudadano:
Siervo designa
una forma de vinculación social y jurídica (típica del feudalismo) entre una
persona, generalmente un campesino, y un señor feudal, quedando
sujeto a su señorío. Durante la Edad Media, un siervo era una persona que
servía a un noble en unas condiciones próximas a la esclavitud. La diferencia
principal con respecto a un esclavo consistía en que no podía ser vendido por
separado de la tierra a la que trabajaba, en general, y jurídicamente era un
hombre libre. El señor feudal tenía la potestad de decidir en
numerosos asuntos sobre la vida de sus siervos y sobre sus posesiones.
Súbdito es quien está sujeto a la autoridad de un superior y tiene
la obligación de obedecerle. El concepto se usa para nombrar al ciudadano de una nación que debe
someterse a las autoridades políticas.
Un ciudadano propiamente dicho es una
persona que pertenece plenamente a una comunidad. La condición de miembro de
dicha comunidad se conoce como ciudadanía, y conlleva una serie de deberes
y una serie de derechos que cada ciudadano debe respetar y hacer lo
suyo para que se cumplan como un ciudadano. Ser ciudadano es tener desarrollado
el sentido de identidad y pertenencia en el lugar donde se interactúa
socialmente en el hábitat donde se desenvuelven los individuos con
responsabilidad, derechos y obligaciones.
Nube de palabras de ciudadanía (clic en la imgen para agrandar) |
Como se puede
observar, progresivamente se ha ido modificando la sociedad con el paso del
tiempo. El siervo era casi como un esclavo al servicio de un señor feudal. El
súbdito ya no obedece a alguien tan concreto, sino al rey o Estado. Finalmente,
el ciudadano es una persona que, aunque también tiene que cumplir con una serie
de deberes, no está sometida a nada y posee ciertos derechos tanto civiles como
políticos.
El término “ciudadano”,
en la actualidad, es utilizado para nombrar al individuo sujeto de derechos políticos.
Esto quiere decir que el ciudadano interviene en la vida política de su comunidad al ejercer dichos derechos. La ciudadanía también
implica una serie de deberes y obligaciones.
En la
antigüedad, la ciudad era la unidad
política más importante. Por eso hoy, con el Estado como unidad política
principal, se sigue nombrando a los sujetos de derechos políticos como
ciudadanos.
Este uso del
concepto trasciende, en definitiva, el hecho de vivir en una ciudad. Una
persona que vive en una población rural será ciudadana en tanto cuente con
derechos políticos. En el sentido inverso, un habitante de una zona urbana con
dichos derechos vulnerados no puede considerarse como un ciudadano pleno.
La noción de ser
ciudadano contribuye al desarrollo de la identidad y al sentido de pertenencia
a una comunidad. La persona debe ejercer su ciudadanía con responsabilidad,
exigiendo respeto por sus derechos y, a la vez, cumpliendo con sus
obligaciones. De este modo se construye una sociedad democrática y más justa.